Dentro del apasionante Proyecto de Gastronomía en el que estamos inmersos, el alumnado de 3 años ha tenido la oportunidad de convertirse en pequeños científicos y explorar un fenómeno curioso: ¿Las naranjas flotan o se hunden?
A simple vista, todos podríamos pensar que una naranja, al ser una fruta relativamente densa, se hundiría en el agua… ¡pero la realidad nos ha sorprendido! A través de un sencillo experimento, descubrieron que una naranja con cáscara flota, mientras que una naranja pelada se hunde. ¿Por qué ocurre esto?
La respuesta está en la cáscara. Al actuar como una especie de flotador natural lleno de diminutas burbujas de aire, la cáscara hace que la naranja tenga una menor densidad total y, por lo tanto, flote en el agua. Sin embargo, al pelarla, eliminamos esa capa protectora, haciendo que la fruta sea más densa que el agua y se hunda.
Los niños disfrutaron muchísimo con este experimento, haciendo hipótesis, observando los resultados y aprendiendo de forma práctica conceptos sobre flotabilidad, densidad y principios básicos de la física.
Esta actividad no solo ha despertado su curiosidad científica, sino que también nos ha permitido conectar la ciencia con la gastronomía, fomentando el aprendizaje de manera divertida y experiencial.
¡Seguimos explorando el mundo de la cocina y la ciencia con entusiasmo!